A Kiko le gusta andar por el monte y se conoce al dedillo las serranías cercanas a Sevilla. Sin embargo, nunca ha estado en la cima del Mulhacén, y le hace mucha ilusión ascender al techo de la Península con Edurne Pasaban. Alpinista y músico sintonizan rápidamente, y surgen, de este buen entendimiento, amenas y espontáneas conversaciones. El objetivo de Edurne y Kiko Veneno, el Mulhacén, es el pico más alto de la Península con sus 3.482 metros, enclavado en el Parque Nacional de Sierra Nevada. Kiko y Edurne se encuentran para iniciar su particular aventura en las llamadas Posiciones del Veleta, un punto situado a 3.000 metros de altitud. Desde allí deben caminar durante un par de horas para alcanzar el Refugio de la Caldera. Se trata de un refugio libre, en el que no hay ni guarda, ni cocina, ni baño, ni luz. Al día siguiente, tienen que salvar 400 metros de desnivel hasta alcanzar la cumbre, por lo que salen de madrugada. La altitud se deja notar y no favorece el esfuerzo, pero, poco a poco, mientras amanece, la inédita cordada se abre paso hasta la cima del Mulhacén. El intercambio de regalos en la cumbre será un momento de felicidad compartida entre dos personas que han hecho buenas migas subiendo una montaña.