La corte está de celebración tras el nacimiento del nuevo Príncipe de Gales y heredero legítimo al trono, pero Victoria sufre una inexplicable depresión y es incapaz de establecer un vínculo con su hijo. Por otro lado, Alberto tiene que volver a su hogar en Alemania para atender unos asuntos familiares y allí descubre un desagradable secreto. Victoria tiene que afrontar sus deberes reales pese a la tristeza que la aflige y la ausencia de su marido. Mientras, el servicio de palacio continúa con sus labores cuando un error de la señora Skerret hace peligrar el puesto del chef Francatelli.