Los vecinos, debido a la situación agónica en que se encuentran las cuentas de la comunidad, deciden recurrir a un administrador. Lo primero que harán es pedirle a Emilio que abandone la portería. Agobiado por su situación laboral, sufre un gatillazo. Por su parte, Mauri empieza a estar preocupado por la edad y se ve lleno de arrugas. Lucía y Carlos comienzan su relación de convivencia.